¿El estrés engorda? Sí, y además se está comiendo el 90 % de tu salud
Comer como si no hubiera un mañana, engullir chocolate, beber a diario…. Y todo para buscar alternativas en lugar de afrontar tu estrés. El estrés te está enfermando, y lo sabes: ese pulpo en el estómago, esa niebla mental, ese bloqueo cuando quieres accionar, ese olvidar palabras, ese malhumor, esa ira…
Y mientras tú estás comiendo, y engordando por culpa del estrés, él está haciendo de las suyas comiéndose tus células. De hecho, el estrés psicológico crónico disminuye el número de células B (que producen anticuerpos) y también la actividad de las células Natural Killer (NK). Ambas tienen una función primordial en la defensa del organismo ante infecciones bacterianas, virales y micóticas.
¿Qué es el estrés y qué tipos hay?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo y la mente ante situaciones que percibimos como desafiantes, amenazantes o que requieren un esfuerzo adicional para afrontarlas. Es una reacción que involucra tanto aspectos fisiológicos como emocionales y puede ser beneficiosa en ciertos contextos, pero perjudicial si se prolonga o no se maneja adecuadamente.
Estrés agudo
El estrés agudo es el de corto plazo que surge ante una situación específica, como un examen, una entrevista o un imprevisto en el trabajo. Puede ser positivo («eustrés») cuando nos motiva a actuar o resolver un problema, o negativo cuando genera incomodidad o ansiedad.
El estrés es una respuesta natural que puede ser beneficiosa en ciertos contextos.
Estrés crónico
El estrés crónico es el que se mantiene durante un período prolongado, como en casos de problemas familiares, laborales o financieros. Este tipo de estrés es perjudicial para la salud física y mental.
Comer por estrés y el hambre emocional
Cuando tenemos estrés comemos más debido a varios factores:
1. Respuesta biológica al estrés
Cuando enfrentamos una situación estresante, el cuerpo activa el sistema de respuesta al estrés, que incluye la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina.
Si el estrés persiste, los niveles elevados de cortisol aumentan el apetito, sobre todo hacia alimentos ricos en calorías, azúcares y grasas. Esto ocurre porque el cuerpo busca acumular energía para afrontar lo que percibe como una amenaza.
Durante el estrés agudo (a corto plazo), la adrenalina puede suprimir de forma temporal el apetito, pero una vez que los niveles de adrenalina bajan, el cuerpo puede compensar con un aumento de hambre.
2. Asociación emocional con la comida
La comida se puede convertir en tu “comodín emocional”, de hecho seguro que te vienen imágenes de series y películas en las que usan el helado como aliado tras una ruptura. Quizás tú también hayas usado alguna vez el dulce para no afrontar una emoción negativa.
Esto es así porque la comida, especialmente la rica en carbohidratos, azúcares y grasas, estimula la liberación de sustancias químicas como la dopamina y la serotonina en el cerebro, lo que produce una sensación de placer y alivio temporal.
También sucede que asociamos ciertos alimentos con recuerdos o experiencias placenteras, por ejemplo, dulces que nos daban de pequeños, lo que refuerza la conexión entre comida y consuelo.
La comida estimula la liberación de sustancias químicas que producen una sensación de placer y alivio temporal.
3. Hábitos y condicionamiento
Comer al sentir estrés o ansiedad puede convertirse en un hábito, incluso si no hay hambre real. La disponibilidad y la publicidad de alimentos ultraprocesados facilita este comportamiento, ya que son fáciles de consumir y están diseñados para ser adictivos. Con el tiempo se puede convertir en un patrón de comportamiento.
4. Regulación energética desequilibrada
El estrés crónico puede alterar la regulación del hambre y la saciedad en el cerebro. Los niveles altos de cortisol pueden desregular la hormona que indica saciedad (leptina) y la hormona que estimula el apetito (grelina), lo que lleva a comer en exceso.
Además, bajo estrés el cuerpo prioriza alimentos que puedan proporcionar energía de forma inmediata, como azúcares simples. Ya hablamos de lo perjudiciales que son en este artículo: ¿El azúcar es tu falso amigo o tu enemigo oculto? Cómo salir de esta relación tóxica y mucho más…
5. Factores sociales y culturales
En algunas culturas la comida es un elemento social que se usa para aliviar tensiones o «celebrar». Esta influencia cultural puede reforzar el hábito de comer como respuesta al estrés. Piensa en las tartas de cumpleaños, la monas o huevos de Pascua, mazapanes, polvorones, turrones, el chocolate con churros del día 1 de enero… A tope de azúcar. ¡Es difícil salir de la norma si no le das a tu cerebro buenas razones para ello!
La comida en muchas culturas es una vía para aliviar tensiones o celebrar.
Enfermar por estrés. Epigenética
“Más del 90 % de las enfermedades se deben al estrés, si supiéramos manejarlo podríamos vivir hasta 150 años”, asegura el biólogo estadounidense Bruce Lipton. Afirma también que los genes representan menos del 1 % de las enfermedades.
Entonces, ¿cuáles son las tres consecuencias negativas del estrés? Detiene el crecimiento, detiene el sistema inmunológico y detiene la inteligencia.
¿Por qué esto es un problema? En la antigüedad cuando te perseguía un tigre dientes de sable, si huías durante 10 minutos, estabas a salvo y todo volvía a la normalidad. Pero en el mundo actual, el estrés está presente las 24 horas, los 7 días de la semana, los 365 días del año. No fuimos diseñados para vivir en estrés.
En esta entrevista Bruce Lipton nos habla de las claves de la epigenética, una ciencia de la que ya te hemos hablado en profundidad en este artículo. La epigenética demuestra cómo factores como la alimentación, ejercicio, emociones y entorno pueden activar o desactivar ciertos genes teniendo una correlación directa con tu salud y bienestar.
Y como ya sabes, en Mi Ayuno ponemos foco en todos esos factores, y por eso en las charlas y terapias emocionales que ofrecemos en nuestros retiros de ayuno te damos pautas para integrar hábitos saludables. Esto reforzará todos los beneficios que te llevas tras tu paso por nuestros ayunos.
El estrés en mujeres embarazadas
Bruce Lipton cuenta también que si una mujer embarazada vive su embarazo con estrés constante el niño nacerá de 2 maneras:
- Con rabia contra este mundo que le hace daño a su madre y será un streetfighter con brazos y piernas fuertes y cerebro pequeño.
- Con miedo, saldrá muy débil y frágil con miedo a que lo ataquen como a su madre.
¿Por qué sucede esto? Porque las células del feto se alimentan de la sangre de la madre. Y si ella se alimenta bien, toma vitaminas, minerales y hace ejercicio, esto mejora la nutrición para el bebé. Pero hay algo más en la sangre que nutrición: químicos emocionales. Estos también llegan a la placenta.
Entonces el medio ambiente de la madre es el medio ambiente del feto. Si la madre está feliz, el feto tiene una química feliz. Si la madre tiene miedo, el feto tiene la química del miedo.
Las emociones y el estado de la madre influyen en el bebé a través de la sangre.
De ahí la importancia de aprender a vivir sin estrés antes del embarazo, para que cuando llegue el momento estemos preparadas. Y por eso en Mi Ayuno ponemos tanto foco en las actividades saludables que proponemos que se suman a los beneficios intrínsecos del ayuno.
Alarmantes datos del estrés en España
Los datos que vamos a compartir los hemos extraído de varios estudios de compañías aseguradoras y del informe del Órgano Internacional de Control de Estupefacientes (INCB), organismo de las Naciones Unidas.
Más de 7 de cada 10 españoles han sufrido estrés, ansiedad o depresión en 2024, y el 86,2 % de ellos son mujeres.
Más de 7 de cada 10 españoles han experimentado trastornos emocionales como estrés, ansiedad o depresión en 2024, de ellos el 86,2 % son mujeres.
El impacto del estrés va más allá de simples momentos de tensión. El 97,5% de los encuestados confesaron haber vivido un episodio de estrés en el último mes. Incluso aquellos que califican su salud emocional como «regular» no se libran: el 98,7 % confiesa haber sentido signos de tensión o ansiedad intensa.
La inseguridad económica, las exigencias laborales y personales, y el ritmo de vida acelerado son las principales causas identificadas.
La pandemia duplicó los problemas de salud mental en España. Más del 40 % de la población ha consultado a psicólogos o psiquiatras por ansiedad, mientras que un 30 % lo ha hecho por depresión. Aunque los trastornos de ansiedad y depresión son los que más han aumentado, no son los únicos: los trastornos alimenticios (anorexia, bulimia), los trastornos de conducta y los intentos de suicidio también han crecido.
El ayuno ayuda a poner freno al estrés
Seguro que hay diferentes formas de poner freno al estrés, el problema es que muchas veces nos sabemos la teoría, pero no la llevamos a la práctica. Y por eso necesitamos parar y alguien que tire de nosotros para adquirir o recuperar hábitos saludables.
El ayuno ayuda a reducir el estrés, ya que disminuye la carga tóxica del organismo, da un descanso del tubo digestivo y cuida los biorritmos, en especial el de sueño-vigilia. Además, el ayuno estimula la producción de hormonas del bienestar, como la melatonina y el factor de crecimiento nervioso, que pueden contrarrestar los efectos negativos del estrés crónico en el cerebro.
En Mi Ayuno te brindamos el lugar, las herramientas y el acompañamiento necesarios para que durante unos días puedas limpiar tu mente de pensamientos que te están dañando, resetear tus células gracias a los procesos químicos que conlleva el ayuno prolongado. Con cosas, en apariencia sencillas: no comer, no ingerir tóxicos, desconectarte de la tecnología, estar en contacto con la naturaleza, caminar, dormir bien, hacer algo de actividad física (yoga, estiramientos…).
Todo, para que puedas salir del círculo vicioso del estrés. Vente a un retiro de ayuno, un espacio en el que parar el tiempo, dejarte cuidar, conectar con tu mente y con tu cuerpo. Tú simplemente tienes que dejarte cuidar por los médicos y expertos en ayuno, disfrutar de las caminatas en un entorno natural, dejarte llevar… porque tirar siempre de todo pasa una factura demasiado cara.
Mira nuestro calendario de ayunos y reserva ya ese tiempo tan necesario para ti. Verás que tienes variedad de opciones, desde 4 hasta 13 días. También desde tu casa, con el programa de ayuno online (10 días, 5 de ayuno).